Tos Ferina, cómo se contagia y tratamiento
La tos ferina es una enfermedad infecciosa muy contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis que afecta a las vías respiratorias y se transmite fácilmente de persona a persona por el aire. Se caracteriza por ataques de tos que pueden dificultar la respiración. Es muy importante tratarla adecuadamente

¿Qué es la Tos Ferina?
La tos ferina, también llamada pertussis o tos convulsiva, es una infección bacteriana muy contagiosa de las vías respiratorias, causada por la bacteria Bordetella pertussis.
Afecta principalmente a niños, pero puede presentarse a cualquier edad y es especialmente peligrosa en bebés pequeños.
¿Cómo se transmite?
Se contagia fácilmente de persona a persona a través de las gotitas que se expulsan al toser o estornudar por lo que la enfermedad puede propagarse rápidamente en guarderías, escuelas e incluso dentro de la propia familia.
Síntomas
La tos ferina suele desarrollarse en varias fases:
- Fase inicial (catarral): Dura 1-2 semanas. Los síntomas se parecen a los de un resfriado: moqueo, estornudos, fiebre leve, ojos llorosos y tos seca e irritativa.
- Fase de tos paroxística: Después de una o dos semanas, la tos empeora y se vuelve en ataques (paroxismos) de tos violenta e incontrolable, a menudo seguidos de un sonido agudo al inspirar (el llamado «gallo» o «silbido»). Estos ataques pueden provocar vómitos, fatiga extrema e incluso puede llegar a una coloración azulada de la piel por falta de oxígeno. En bebés, puede haber pausas en la respiración (apneas) más que tos.
- Fase de recuperación: La tos va disminuyendo poco a poco, pero puede durar semanas o incluso meses.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en los síntomas, el examen físico y pruebas de laboratorio, como el análisis de una muestra de moco de la nariz o la garganta para detectar la bacteria.

Tratamiento
El enfoque del tratamiento dependerá de la gravedad de la enfermedad:
- Antibióticos: El tratamiento principal son los antibióticos (como la eritromicina, azitromicina o claritromicina), especialmente si se administran en las primeras fases de la enfermedad. Ayudan a reducir la gravedad y duración de la infección, y a evitar el contagio a otras personas.
- Hospitalización: Es frecuente en bebés y casos graves, para controlar la hidratación, alimentación y la oxigenación.
- Medicamentos para la tos: No suelen ser efectivos y no se recomiendan.
- Aislamiento: Para evitar el contagio, el paciente debe estar separado de otras personas mientras sea contagioso.
Prevención
- Vacunación: La mejor forma de prevenir la tos ferina es mediante la vacuna (DTaP en niños, Tdap en adolescentes y adultos). Es importante que las mujeres embarazadas y las personas que estarán en contacto con bebés estén vacunadas.
- Antibióticos preventivos: Se pueden administrar a personas que han estado en contacto cercano con un caso confirmado, especialmente si son bebés, embarazadas o personas con riesgo de complicaciones.
- Medidas generales: Lavarse las manos, cubrirse al toser y evitar el contacto con personas enfermas ayuda a reducir el riesgo de contagio.
En resumen, la tos ferina es una enfermedad grave y muy contagiosa, pero prevenible con la vacunación. Ante síntomas de tos intensa y prolongada, especialmente en niños, es fundamental consultar al médico para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Farmacéutico especialista en Análisis Químico de Medicamentos – Universidad Complutense de Madrid.
Máster Industria Farmacéutica – CESIF, Madrid.
Óptico Optometrista – Universidad de Barcelona.