Enfermedad de Lyme – Qué es, Síntomas y Tratamiento
La enfermedad de Lyme es una zoonosis transmitida al ser humano a través de la mordedura de una garrapata y con una tasa de hospitalización cada vez más alta. Es una enfermedad que, si no recibe tratamiento, puede llegar a ser invalidante. Te explicamos qué es.
¿Qué es la Enfermedad de Lyme?
La Enfermedad de Lyme o Borreliosis de Lyme es una infección bacteriana que se transmite a los seres humanos a través de la picadura de garrapatas infectadas, en concreto, las del género Ixodes. Esta enfermedad fue identificada por primera vez en la década de 1970 en la ciudad de Lyme, Connecticut, lo que le dio su nombre.
La bacteria responsable de esta enfermedad es la especie Borrelia burgdorferi que, una vez ha infectado a la garrapata, convierte a esta última en un transmisor de la enfermedad cuando pique o muerda a un ser humano.
La garrapata, por tanto, simplemente actúa como medio de transmisión del agente realmente causante de la enfermedad, que es la bacteria (Borrelia burgdorferi) y no la garrapata. Para que se llegue a producir la infección, es necesario que la garrapata esté adherida a la piel al menos 24 h, que es el tiempo que tarda en llegar la bacteria a sus glándulas salivares y pueda producir la transmisión del microorganismo y provocar la infección.
Esta enfermedad es una zoonosis, puesto que el microorganismo patógeno causante, Borrelia burgdorferi, tiene su hábitat habitual en algunos animales (roedores, ciervos o aves) pero termina contagiando al ser humano.
Como decíamos al principio, la primera vez que se detectaron síntomas fue en 1975, en una pequeña población, llamada Lyme, Connecticut, en EE. UU. Inicialmente, se la denominó Artritis de Lyme y posteriormente, en 1979, tras ser asociada con más síntomas, se cambió su nombre a Enfermedad de Lyme que conserva en la actualidad.
Síntomas de la Enfermedad de Lyme
La sintomatología dependerá de la etapa de la enfermedad en la que se encuentre:
1. Síntomas durante la Etapa Localizada Temprana
Esta primera fase transcurre durante los primeros 3 – 30 días tras la picadura de la garrapata.
Tras la picadura, el microorganismo pasa a sangre y se produce una erupción, una especie de sarpullido, en el que es característico la aparición de un eritema migratorio o eritema migrans que suele ser el primer signo de la enfermedad y acompaña una sensación de quemazón.
Este eritema suele agrandarse durante los siguientes días hasta tomar forma de anillo concéntrico, similar a un aspecto de una diana y posteriormente, unas 3 – 4 semanas después, acabará desapareciendo.
2. Síntomas durante la Etapa Diseminada Temprana
En esta fase hay una diseminación de la bacteria por todo el organismo. Esta fase puede aparecer algunas semanas después de la picadura y tener una duración de varias semanas
Aparecen síntomas similares a un proceso gripal: cansancio, debilidad, dolor de cabeza, dolor articular, de garganta, cefaleas, escalofríos, dolor muscular e incluso algo de fiebre.
Puede verse afectado el sistema nervioso con la aparición de síntomas neurológicos, meningitis, encefalitis, parálisis facial e incluso en baja proporción, también a nivel del corazón, con problemas cardíacos asociados a arritmias, bloqueo cardíaco y pericarditis.
3. Síntomas durante la Etapa Diseminada Tardía
Esta fase puede aparecer meses o incluso años después de la picadura.
Aparece artritis con hinchazón y dolor en articulaciones, generalmente en rodillas. Los brotes de artritis pueden ir acompañados de cansancio, sensación de estar sin energía, malestar y fiebre.
En algunos casos, puede aparecer confusión, irritación, cambios en el humor y trastornos del sueño.
Diagnóstico de la Enfermedad de Lyme
El diagnóstico de esta enfermedad es complejo, puesto que presenta un cuadro clínico muy similar a otras enfermedades como puede ser una fibromialgia, una artritis reumatoide, babesiosis o fiebre reumática, lo que puede llevar al especialista a confundir el diagnóstico. De hecho, a esta enfermedad también se la conoce como “la gran imitadora” al presentar un cuadro muy poco específico y similar al de otras patologías.
El diagnóstico se basa en una combinación de factores, incluyendo los síntomas clínicos, el historial de exposición a garrapatas en áreas donde la enfermedad es común, y pruebas de laboratorio. Aquí se detallan los pasos y consideraciones típicos en el diagnóstico:
Tratamiento de la Enfermedad de Lyme
Al tratarse de una infección causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, el tratamiento habitual se centra en el uso de antibióticos. La elección del tratamiento y su duración dependen de la etapa de la enfermedad y los síntomas presentes. El tratamiento estándar suele consistir en:
Es importante destacar que el tratamiento debe ser personalizado y supervisado por un profesional de la salud. La detección temprana y el tratamiento adecuado son clave para una recuperación exitosa.
Prevención de la Enfermedad de Lyme
Las medidas preventivas para la enfermedad de Lyme, según el sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se centran principalmente en reducir la exposición a las garrapatas y protegerse frente a la picadura, que son los vectores de esta enfermedad. Las recomendaciones incluyen:
En caso de haber sido picados por una garrapata, esta se debe extraer con cuidado y con ayuda de unas pinzas, nunca con los dedos.
Para más detalles sobre cada una de estas medidas, puedes visitar los enlaces específicos proporcionados por el CDC: Prevención de garrapatas en mascotas y Prevención de garrapatas en el jardín.
Enfermedad de Lyme Crónica
La comunidad científica no se pone de acuerdo sobre la existencia o no de esta Enfermedad de Lyme crónica o persistente, ya que, al presentar síntomas comunes con otras enfermedades, no siempre se puede inferir que se trate de una cronicidad de la enfermedad.
Sin embargo, puede haber síntomas de esta enfermedad que se mantienen tras un período de tratamiento. Es lo que se denomina “Síndrome post tratamiento de la enfermedad de Lyme” y es la forma que muchos expertos prefieren utilizar en lugar de Enfermedad de Lyme Crónica.
Los síntomas prolongados pueden incluir fatiga, problemas de memoria y concentración, dolores corporales, problemas de sueño, entre otros. Para obtener información más detallada, puedes visitar la página de los CDC sobre el Síndrome de la Enfermedad de Lyme Post-Tratamiento.
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Borrelia burgdorferi, la bacteria que produce la Enfermedad de Lyme
La bacteria causante de la enfermedad es Borrelia burgdorferi sensu lato. Se trata de una espiroqueta (“espiro” por su forma, de espiral) en concreto del género Borrelia. En Europa las especies predominantes causantes de la enfermedad son Borrelia afzelli y Borrelia garinii mientras que en Norteamérica, la especie más común es Borrelia burgdorferi.
En Europa, este microorganismo tiene su reservorio natural en ratones de campo, roedores del género Apodemus. Estos reservorios no causan enfermedad en el huésped, pero sí la puede causar en seres humanos cuando se contagian.
El vector de transmisión, es decir, el vehículo mediante el cual la bacteria entra en contacto con el ser humano, son garrapatas de patas negras, en concreto del género Ixodes y que, dependiendo del área geográfica, puede variar la especie de que se trate. Así, en Norteamérica es más frecuente encontrar algunas especies como Ixodes scapularis mientras que en Europa la especie más frecuente es Ixodes ricinus que además está ampliamente distribuida en España.
Esta garrapata es un parásito habitual en venados, ciervos, roedores y algunas aves migratorias, siendo este último un factor importante en la diseminación de estos patógenos zoonóticos.
Cuando la garrapata parasita a un animal que tiene un reservorio del microorganismo Borrelia, la propia garrapata se contagia y se vuelve portadora del mismo y, por tanto, con potencial para contagiar a un ser humano a través de su mordedura.
Enfermedad de Lyme en España
En España, las personas infectadas con Enfermedad de Lyme, suponen una tasa media de hospitalización por esta enfermedad es de 0.28 por cada 100.000 habitantes, aunque con una tendencia al alza en los últimos años. Es una enfermedad clasificada como Enfermedad de Declaración Obligatoria desde 2015. Su expansión la hace que se esté convirtiendo en un problema de salud a nivel europeo.
Las causas de esta tendencia las podemos asociar a la mayor presencia de vectores de transmisión debido a cambios climáticos y el cambio de rutas de las aves migratorias que ejercen de reservorios de Borrelia.
La enfermedad está distribuida por toda España, con mayor número de personas infectadas en la mitad norte del país y más concretamente en la Cornisa Cantábrica, Asturias y Galicia, con una proporción algo mayor al resto de la península.
Ciclo de vida de la garrapata
El ciclo de vida de esta garrapata comienza cuando – estando en fase de larva – parasita a un roedor que tiene como reservorio a Borrelia, y, como consecuencia, es infectada. Tras un período de varios meses, al llegar la primavera y verano, la garrapata se convierte en ninfa y a partir de aquí, ya es un vector de transmisión con posibilidad de contagiar a un humano con su mordedura.
Esta garrapata vive en zonas boscosas con árboles de hoja caduca que crean una alfombra en el suelo capaz de mantener la humedad y albergar ahí a este parásito contagiado.
Es precisamente en esta época, de primavera – verano, cuando el riesgo de picaduras es mayor, ya que es más habitual hacer actividades al aire libre, acampadas, senderismo donde llevamos descubiertos brazos y piernas y, por tanto, con una mayor probabilidad de ser picados por una de estas garrapatas.
Farmacéutico especialista en Análisis Químico de Medicamentos – Universidad Complutense de Madrid.
Máster Industria Farmacéutica – CESIF, Madrid.
Óptico Optometrista- Universidad de Barcelona.