Terapia Neural. En qué consiste y para qué sirve
La terapia neural es una técnica que ayuda a restablecer la salud de la persona. Se empezó a estudiar y a aplicar a primeros del siglo pasado, tras observar como un paciente mejoraba de su enfermedad, aunque la aplicación se realizase en una zona alejada del punto de dolor.
¿Qué es la terapia neural y para qué sirve?
La terapia neural es un tratamiento basado en la aplicación de un anestésico local, generalmente procaína, mediante inyecciones en puntos específicos de nuestro cuerpo. Se aplica mediante mini dosis de inyecciones subcutáneas, con pequeñas agujas o bien en forma de pápulas.
La concentración de anestésico utilizado es muy baja, en torno al 0.5 %, ya que lo que se persigue es un efecto terapéutico y no anestésico. Aunque el anestésico local más comúnmente utilizado es procaína, en ocasiones también se puede utilizar lidocaína. Son los habitualmente utilizados en odontología.
La terapia neural se la puede considerar dentro de la medicina integrativa, puesto que es un tipo de tratamiento que tiene en cuenta al ser humano como un todo, de forma holística en el que todos los órganos y tejidos están interconectados entre sí en contraposición a un funcionamiento “por partes”. Por tanto, lo que pretende la terapia neural es tratar a la persona, al paciente, es decir, “al todo” más que a los síntomas propiamente dichos que serían “la parte”.
La terapia neural es un tratamiento que ayuda al organismo a recuperar su equilibrio y, por tanto, a que desaparezcan los síntomas y molestias que hacen que el paciente acuda a la consulta. No es un tratamiento específico para, por ejemplo, un dolor (para eso ya tenemos analgésicos!) sino que se trata de que el propio organismo reduzca la sintomatología propia que está causando el desequilibrio del sistema nervioso.
¿Cómo funciona la terapia neural?
La terapia neural actúa a través del sistema nervioso autónomo o sistema nervioso vegetativo. Este sistema nervioso regula todos aquellos órganos y vísceras que no responden a estímulos voluntarios, como es el caso del corazón, hígado, aparato digestivo, riñones, etc.
Todas estas fibras nerviosas del sistema nervioso autónomo interconectan órganos y tejidos formando una red a través de la cual se transmiten información entre ellos. Además, existe también una conexión emocional con el entorno, que es la responsable de los cambios físicos que experimentamos cuando hemos recibido un impacto emocional, una situación de estrés o pánico, una mala noticia, etc.
El sistema nervioso autónomo lo conforman el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Ambos sistemas tienen funciones generalmente opuestas, de modo que lo que uno estimula, el otro lo relaja. Así, uno y otro, en condiciones normales, deben estar en una situación de equilibrio u homeostasis.
Si una parte, tejido u órgano recibe algún tipo de impacto, como puede ser un traumatismo, una cirugía (con sus correspondientes cicatrices), una endodoncia en la que se produce alteración del nervio, etc, se está alterando el equilibrio del sistema nervioso autónomo, de forma que se ve alterada esa comunicación entre órganos y es aquí cuando se puede expresar un determinado síntoma, generalmente dolor, aunque puede haber otros como alteraciones intestinales o en el aparato cardiovascular (ej. taquicardias).
Pues bien, con la terapia neural se busca recuperar el equilibrio del sistema nervioso autónomo de forma que se elimine esa alteración que lo está desequilibrando. Para ello se aplica un anestésico local a baja concentración (generalmente al 0.5 %) pero que realmente no actúa como un anestésico, sino con una función terapéutica dada su capacidad de activar y devolver la polarización a la célula dañada y que esta recobre la armonía perdida.
¿Qué enfermedades se pueden tratar con terapia neural?
Una de las principales aplicaciones de la terapia neural es en el tratamiento del dolor crónico. Se ha demostrado que esta técnica puede ser eficaz en el alivio del dolor relacionado con condiciones como la artritis, la fibromialgia, las migrañas y las lesiones musculares.
Otra área en la que la terapia neural ha demostrado ser efectiva es en el tratamiento de trastornos del sistema nervioso, como la neuralgia del trigémino, el síndrome del túnel carpiano y la neuropatía diabética. La estimulación de los nervios a través de esta técnica puede ayudar a restaurar la función nerviosa y aliviar los síntomas asociados con estos trastornos.
Además, la terapia neural también puede ser utilizada para tratar enfermedades crónicas no específicas, como la fatiga crónica, la depresión y la ansiedad. Al mejorar la circulación y la comunicación entre los diferentes sistemas del cuerpo, esta técnica puede ayudar a restaurar el equilibrio y promover la curación en casos de enfermedades crónicas.
La terapia neural también ha demostrado ser útil en el tratamiento de trastornos dermatológicos, como el acné, la psoriasis y el eccema. La aplicación de anestésicos locales en los puntos específicos puede ayudar a reducir la inflamación y mejorar la salud de la piel.
¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto la terapia neural?
Este efecto polarizador se pone de manifiesto porque el resultado se expresa de forma rápida, lo que indica que estamos ante un reflejo nervioso y una transmisión eléctrica. Es el llamado “fenómeno en segundos”. Además, el efecto se mantiene en el tiempo, aunque la vida plasmática de la procaína sea de apenas unos 15 – 20 minutos, es decir, se descarta el efecto anestésico vía receptores vs a la vía nerviosa como reparadora de la alteración.
Puntos de aplicación de la terapia neural
La inyección de anestésico se puede aplicar en el mismo punto donde se expresa el dolor, en zonas que rodean al punto de dolor (terapia de segmentos) o en zonas alejadas del punto de dolor, en los denominados campos interferentes.
En el caso especial de los campos interferentes cobra especial atención la historia de vida del paciente. El médico terapeuta neural necesita recabar esta información, a través de esta historia clínica del paciente, antes de decidir dónde aplicar el anestésico: incidencias ocurridas hace meses o incluso años pueden ser la causa del desequilibrio y la dolencia de la persona tratada.
Por ejemplo, existen casos documentados de mujeres con episodios de jaqueca que comenzaron tras una cesárea y que han remitido tras aplicar el anestésico en la misma cicatriz de la cesárea. De igual modo, pacientes con determinados dolores reumáticos aparecidos tras una endodoncia y que remiten tras aplicar el anestésico en la zona bucal. Volvemos entonces al concepto de “un todo” en lugar de “partes”, al concepto de terapia integrativa y holística. Todo el nuestro cuerpo está interconectado.
Por tanto, la historia de vida del paciente y los recuerdos que tenga del origen de su enfermedad son muy importantes de cara a la efectividad del tratamiento que aplica el médico terapeuta neural, porque no se centrará solo en la patología, sino que tendrá en cuenta toda la persona, incluyendo esas experiencias emocionales ya vividas.
¿Cuándo usar la terapia neural?
Se puede usar en casos de patologías crónicas, enfermedades que cursen con dolores crónicos que no remiten, cefaleas, migrañas, así como dolores musculoesqueléticos, dolores articulares, fibromialgia, etc.
De igual forma se pueden tratar alteraciones intestinales, disbiosis, alteraciones cardíacas, pacientes con ansiedad, etc.
¿Tiene contraindicaciones la Terapia Neural?
Al tratarse de un anestésico utilizado a una dosis muy pequeña, el riesgo de aplicarlo es muy bajo, pero obviamente no se debe aplicar terapia neural a pacientes con alergias este tipo de anestésicos locales.
Tampoco se debe aplicar la terapia neural a pacientes anticoagulados, por el riesgo de producir hemorragias.
Otro aspecto importante es que uno de sus metabolitos de la procaína es el ácido p-aminobenzoico lo que la hace incompatible con la administración de sulfamidas, un tipo de antibiótico. Por tanto, pacientes que estén medicados con sulfamidas no se les debe aplicar ningún tratamiento con Terapia Neural
De todos modos, la vida plasmática de la procaína es muy corta y prácticamente en cuestión de minutos ha desaparecido del organismo. Se metaboliza a nivel plasmático, no hepático.
¿Cuántas sesiones de terapia neural son necesarias?
Depende. Al tratarse de una terapia muy individualizada, hay casos en los que el paciente solo requiere una única sesión (lo ideal) y otros en los que el paciente necesitará varias aplicaciones de forma periódica.
¿Qué beneficios tiene la terapia neural?
El principal beneficio de la Terapia Neural es la capacidad que le da al organismo para autorregenerarse y autorregularse con unos rápidos resultados a un bajo coste y con mínimos efectos secundarios.
¿Qué precio tiene la Terapia Neural?
La terapia neural tiene un bajo coste, puesto que toda su complejidad se reduce a una aplicación mediante pequeños pinchazos de un anestésico local. Se puede hacer de forma ambulatoria y el proceso es rápido.
Origen de la terapia neural
Aunque se lleva años practicando, las primeras referencias a la terapia neural datan de primeros del siglo pasado, cuando los hermanos alemanes Huneke aplicaron a su hermana un tratamiento para su artritis reumatoide. El fármaco que le inyectaron contenía una pequeña cantidad de un anestésico local (Procaína) y observaron que, nada más aplicarlo, las jaquecas de su hermana desaparecieron. Se trataba, por tanto, de una aplicación de terapia neural mediante campos interferentes en los que los síntomas de la patología remitieron, a pesar de que la aplicación se hizo en una zona alejada del lugar donde se manifestaba el dolor.
Farmacéutico especialista en Análisis Químico de Medicamentos – Universidad Complutense de Madrid.
Máster Industria Farmacéutica – CESIF, Madrid.
Óptico Optometrista- Universidad de Barcelona.