Llámanos al 914175359 o Escríbenos

Tiroiditis de Hashimoto: Causas, Diagnóstico y Tratamiento

Tiroiditis de Hashimoto: Causas, Diagnóstico y Tratamiento

La Tiroiditis de Hashimoto o Enfermedad de Hashimoto es la principal causa de hipotiroidismo en países desarrollados y con un enorme impacto en la salud del paciente. ¿En qué consiste? Te lo explicamos.

Tiroiditis de Hashimoto: Causas, Diagnóstico y Tratamiento

¿Qué es la Tiroiditis de Hashimoto?

La Tiroiditis de Hashimoto o Enfermedad de Hashimoto o Tiroiditis linfocitaria crónica es uno de los trastornos autoinmunitarios más comunes. Se trata de un trastorno que afecta al tiroides, una glándula con forma de mariposa y situada en el cuello, justo debajo de la nuez de Adán. La Tiroiditis de Hashimoto representa la principal causa de hipotiroidismo en el mundo y de hecho también se la conoce como hipotiroidismo de Hashimoto.

De forma muy resumida, los pacientes con esta enfermedad tienen un sistema inmunitario que considera al tiroides como un elemento extraño y como consecuencia, lo ataca hasta destruirlo.

El hecho de afectar a la glándula tiroides la hace especialmente relevante, ya que esta glándula interviene en una gran variedad de procesos metabólicos del organismo y, por tanto, cualquier alteración del tiroides tiene un impacto enorme en el resto de nuestro cuerpo.

Fue descrita por primera vez por el médico japonés Hakaru Hashimoto, en 1912, tras estudiar la glándula tiroides de cuatro mujeres con bocio (agrandamiento de la glándula tiroides) y encontrar gran cantidad de células linfoides, algo inusual en otros tipos de bocio.

Es una enfermedad más frecuente en mujeres que en hombres en una relación 10 a 1. La mayor incidencia se produce a mediana edad entre los 30 y 60 años. Tiene un componente genético que la hace que haya más riesgo de desarrollar la enfermedad en caso de antecedentes familiares y es precisamente este hecho el que sea también más frecuente en pacientes con enfermedades de origen genético como el Síndrome de Down, el de Turner o el Síndrome de Klinefelter.

Es más frecuente en pacientes con otras enfermedades autoinmunitarias y de hecho la Enfermedad de Hashimoto se asocia a otras patologías como la diabetes, el lupus o la artritis reumatoide.

Funcionamiento normal del tiroides

El funcionamiento del tiroides está regulado por otra glándula, la pituitaria, que es la que, en base a la cantidad de hormona tiroidea (T4 y T3 triyodotironina) presente en sangre, “da o no la orden” al tiroides para que produzca más o menos tiroxina.

Cuando la glándula pituitaria reconoce la necesidad de producir más hormona tiroidea, lo que hace es producir un aumento de una hormona llamada TSH (Hormona Estimulante del Tiroides) que llega hasta el tiroides y lo activa para producir hormona T4 que posteriormente se metabolizará a T3, que es la forma activa de esta molécula.

Una vez que los niveles de T4 y T3 son los correctos, a través de un proceso de retroalimentación negativa, el nivel de TSH disminuye y la producción de T4 se reduce o cesa.

Es importante destacar la necesidad de yodo en la síntesis de tanto de T4 como de T3. De hecho, T4 indica que la molécula tiene 4 átomos de yodo (y 3 en el caso de la T3). El Selenio también es muy importante, ya que ayuda convertir T4 en T3, que como decimos, es la forma activa.

Síntomas de la Tiroiditis de Hashimoto

Al ser el tiroides una glándula implicada en numerosos procesos metabólicos, su alteración afectará a todo el organismo. Se producen una serie de signos y síntomas asociados al hipotiroidismo como son cansancio, la fatiga, cerebro nublado, bajo estado de ánimo, problemas de salud mental, depresión, ansiedad, pérdida de cabello, estreñimiento o piel seca y poca sudoración, ya que también controla la secreción de las glándulas sebáceas y sudoríparas.

Por otra parte, también se ve afectada la temperatura corporal con una especial intolerancia al frío, hipotermia y puede haber dolores corporales en articulaciones, problemas de corazón con la presencia de palpitaciones. En mujeres además puede haber periodos irregulares en la menstruación o infertilidad.

Diagnóstico de la Tiroiditis de Hashimoto

Inicialmente, la enfermedad suele debutar de modo subclínico, sin síntomas. En este momento los niveles de hormonas tiroideas T3 y T4 pueden ser normales, pero la TSH puede estar aumentada, ya que está “dando la orden” al tiroides para que produzca más T3 y T4 porque los niveles de estas últimas comienzan a descender y comienza, por tanto, un hipotiroidismo.

El principal indicador lo tenemos en la presencia del Anticuerpo Anti Peroxidasa tiroidea o Anti-TPO en sangre, que es el responsable del ataque a la glándula tiroides. También se analizan los niveles de TSH y de hormonas tiroideas T3 y T4.

Estos valores séricos, unidos a la sintomatología mencionada, nos permite diagnosticar esta enfermedad.

Causas de la Tiroiditis de Hashimoto

Como cualquier otra enfermedad autoinmune, la causa que la provoca es una combinación de varios factores: Por una parte, la genética del paciente que lo haga ser más susceptible a padecer esta enfermedad, junto con otros factores que también intervienen en el desencadenamiento de la enfermedad: el estilo de vida, dieta, el estrés o incluso el sueño.

Cuando hablamos de dieta, uno de estos factores es la ingesta de gluten en personas intolerantes. El gluten altera la barrera intestinal, aumentando su permeabilidad y favoreciendo el paso de antígenos al torrente sanguíneo. Esto provoca una sobre estimulación del sistema inmune, además de dificultar la absorción de yodo y selenio, necesarios ambos para la síntesis de hormonas tiroideas.

El gluten puede tener además un efecto de mimetismo molecular por el cual el sistema inmune genera anticuerpos frente a las proteínas del gluten, pero que, debido a ese mimetismo molecular, también ataca a las células del tiroides.

Otro factor es el estrés que, con unos niveles de cortisol elevados, actúa negativamente deprimiendo la secreción de TSH y además convierte la hormona T4 a T3 reversa, que es una forma inactiva de esta hormona.

Niveles bajos de Vitamina D también contribuyen, ya que es un importante regulador del sistema inmune

Tratamiento de la Tiroiditis de Hashimoto

El tratamiento puede abordarse desde distintos enfoques. Por una parte, al estar en condiciones de hipotiroidismo (y por tanto con bajos niveles de hormona tiroidea en sangre) la primera solución es una terapia sustitutiva con Levotiroxina, una molécula sintética biosimilar a la hormona tiroidea T4 natural que se convierte igualmente en hormona T3 y de esta forma conseguimos tener en sangre los niveles de hormona que de manera natural el tiroides no puede sintetizar consiguiendo así reducir los síntomas.

Además de la terapia sustitutiva, tenemos otras formas de actuar paralelas frente a la Enfermedad de Hashimoto:

Dieta

La dieta es un factor clave en el tratamiento de la tiroiditis de Hashimoto, ya que en nuestro intestino contamos con una enorme cantidad de células inmunitarias y, por tanto, con una gran influencia en nuestro sistema inmune.

Importante evitar el gluten y evitar así provocar una alteración en nuestra barrera intestinal y su consiguiente estimulación del sistema inmune.

Evitar el azúcar refinado puesto que es un gran desencadenante de la inflamación y puede contribuir a la progresión de la enfermedad tiroidea de Hashimoto.

Las verduras crucíferas (coles de Bruselas, coliflor, brócoli) se han considerado durante mucho tiempo como goitrógenos (goitro=bocio), pero hoy se sabe que se pueden consumir siempre que sean cocinadas.

Evitar los productos lácteos porque las proteínas de la leche (caseína y proteína del suero) se cree que son inflamatorias en las enfermedades autoinmunes.

Soja y derivados: Debe evitarse si el paciente se está medicando con Levotiroxina, ya que interfiere en su absorción.

Control del estrés

Según explicado anteriormente, el estrés, el elevado cortisol altera la función tiroidea. Ejercicios como yoga o meditación nos puede ayudar a tomar el control sobre él.

Suplementos, Vitaminas, Probióticos y Prebióticos

El uso de probióticos y prebióticos nos van a poder permitir tener una microbiota intestinal equilibrada y con ello mejorar nuestra salud intestinal, disminuyendo el riesgo de tener una excesiva permeabilidad intestinal causada por una disbiosis.

Un aporte de vitamina D, ya que es un activador del sistema inmune y cuyo déficit acompaña a la aparición de enfermedades autoinmunes.

Selenio: este oligoelemento interviene en la conversión de hormona T4 a T3 por lo que es fundamental tener el aporte diario recomendado. Se encuentra de forma natural en nueces de Brasil.

En Synergia MedicalCare disponemos de la Unidad de Endocrinología donde nuestra especialista en la enfermedad de Hashimoto, Dra. Teresa Lajo, puede ayudarte en el tratamiento de esta enfermedad mediante la medicina integrativa y con un enfoque holístico sobre esta patología.

×

¡Hola!

Haz click para poder hablar con nosotros

× ¿Cómo podemos ayudarte?