La dermatitis y el estrés ¿Están relacionados?

La dermatitis y el estrés ¿Están relacionados?


El cuerpo y la mente establecen una auténtica relación de trabajo. Todo lo que la mente sufre, puede manifestarse a nivel físico.

La dermatitis y el estrés ¿Están relacionados?

El ESTRÉS COMO CAUSA DE LA DERMATITIS ATÓPICA

El cuerpo y la mente establecen una auténtica relación de trabajo. Todo lo que la mente sufre, puede manifestarse a nivel físico. Dentro de los elementos que favorecen el desarrollo de una patología, siempre se ha de tener en cuenta la parte psicológica. 

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria, un trastorno crónico que produce picazón y enrojecimiento de la piel. El eczema o eccema atópico es una lesión descamativa localizada cuyos síntomas son picazón intensa y enrojecimiento.

Las reacciones de la piel a las situaciones estresantes están ampliamente descritas y es bien conocido que pueden agravar la sintomatología y la frecuencia de la aparición. La piel responde activamente al estrés psicológico, a estados de nerviosismo, con la participación de las células inmunitarias, hormonas y neurotransmisores. Las reacciones cutáneas inducidas por el estrés incluyen principalmente la secreción de citocinas y la activación de un conocido eje cutáneo hormonal (CRH-POMC-ACTH), lo que conduce a la secreción de corticosteroides en la piel.

El estrés puede ser causa de los brotes que aparecen de dermatitis, pero también aparecer como consecuencia de los brotes de dermatitis. Siempre que una situación provoque un estrés psicológico al paciente, ya sea de forma puntual o sostenida en el tiempo, se activan procesos inflamatorios.

De forma general, el esquema es el siguiente: Al producirse una situación estresante, se aumenta la liberación de cortisol, adrenalina y noradrenalina. En consecuencia, el sistema inmune activa una respuesta que puede manifestarse en cualquier órgano. En el caso de la piel, se puede producir un engrosamiento, vasodilatación e inflamación.

Por otro lado, se ha observado que puede existir una clara influencia del estrés de los padres sobre sus hijos. Hay estudios que relacionan el estrés que sufren algunas mujeres embarazadas, con un incremento del riesgo de desarrollo de piel atópica en el recién nacido.

También se ha podido contemplar que algunos rasgos de la personalidad de los padres, como la tendencia a la ansiedad, depresión, pesimismo y el excesivo control sobre el menor, favorecen el riesgo de que el hijo desarrolle brotes de dermatitis atópica. Sin embargo, se desconocen los mecanismos por los cuales se produce esta asociación.

Indudablemente, la dermatitis atópica es una afectación muy molesta que puede repercutir en la calidad de vida de quienes la sufren. Muchos pacientes describen picores de forma persistente que incluso cursan con dolores intensos. Cuanto más picor, más deseo de rascar, y eso puede llegar a provocar lesiones graves como heridas sangrantes o ampollas.

CUIDADOS DIARIOS PARA PREVENIR LA DERMATITIS POR ESTRÉS

Prevenir y tratar la dermatitis atópica es fundamental y en especial, en casos en los que la situación personal del paciente puede afectar al desarrollo de la enfermedad. Una persona estresada presta menos atención a su cuidado personal. Este hecho es de suma importancia, pues una piel afectada y agredida necesita mucha atención. A continuación, proponemos una serie de consejos para el cuidado de tu piel y mejorar y espaciar la aparición de brotes de atopía por estrés:

  • Es fundamental mantener siempre la piel hidratada. Una hidratación continua y constante puede ayudar a evitar la pérdida de agua para no incrementar el picor y la descamación. Esto se consigue utilizando productos de higiene adecuados y con la aplicación de una crema hidratante. Los jabones deben ser sin detergentes agresivos, las cremas y lociones de acción reparadora, emoliente e hidratante deben ser especiales para piel atópica.
  • Los baños tienen que ser siempre de corta duración, aproximadamente 10 minutos. El agua no debe salir muy caliente. Por último, secar la piel suavemente sin frotar en exceso.
  • Es muy importante evitar sustancias irritantes que alteren aún más la barrera cutánea, como productos con alcohol, parabenos, perfumes o tintes agresivos.
  • No es aconsejable usar la ropa de lana, nylon, poliéster, plásticos ni abrigarse en exceso. Lo más recomendable es utilizar prendas transpirables y el material de elección es el algodón.
  • Evitar en la medida de lo posible exposición a alérgenos y cambios bruscos de temperatura. Es importante controlar temperatura y la humedad ambiental de las habitaciones.
  • Una piel protegida es una piel sana. Incluir en los cuidados diarios la aplicación de protección solar mejorará la salud de la piel.
  • Tras cada entrenamiento deportivo, hay que ducharse inmediatamente y no permanecer con la piel sudada mucho tiempo, ya que puede causar irritación.

NUTRICIÓN Y DERMATITIS POR ESTRÉS ¿CÓMO DEBO COMER?

La nutrición se basará en intentar no ingerir alimentos que favorezcan procesos inflamatorios y que activen respuestas alérgicas. Por el contrario, será importante basar la dieta en alimentos que sí tengan propiedades antiinflamatorias.

Por supuesto, siempre recomendaremos que una dieta debe ser lo más especializada posible. Se debe tener en cuenta la situación del paciente, la situación personal, intolerancias, otros problemas de salud, gustos y costumbres, entre otras cosas. Lo ideal es que un nutricionista acompañe al paciente y supervise su dieta para no generar déficits o daños.

Como ayuda en la reducción de la inflamación, es importante mantener un estado de equilibrio de la microbiota intestinal. Es bien conocida la influencia de las bacterias intestinales sobre el sistema nervioso y el sistema inmunitario. Esto se consigue, recurriendo a alimentos ricos en probióticos como el yogur. También a alimentos ricos en sustancias prebióticas, como la fibra. Esta que favorece el desarrollo de una flora bacteriana saludable, como son las verduras, la patata hervida, la avena, el plátano.

Por otro lado, es importante tener un adecuado aporte de vitaminas y minerales con efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Nos referimos a fuentes dietéticas que incluyan vitamina D, vitamina E, selenio, y el zinc.

Alimentos ricos en selenio: las nueces del Brasil son el fruto seco con más concentración en selenio. También son las nueces y almendras.

Alimentos ricos en zinc: las semillas de calabaza, la avena, almendras, avellanas, carne de ave y carne de ternera.

Alimentos ricos en magnesio: cereales integrales, semillas oleaginosas, frutos secos, cacao puro.

Alimentos ricos en vitamina E: la avena, el aceite de germen de trigo, el aceite de girasol.

Alimentos ricos en vitamina D:  yema del huevo, en el pescado azul y en los lácteos.

Alimentos ricos en omega-3 (conocidos por sus evidentes propiedades antiinflamatorias): nueces, pescado azul, semillas, AOVE y aguacate.

Por supuesto, lo mejor es intentar reducir el consumo de alimentos proiinflamatorios y obesogénicos y seguir una serie de costumbres poco saludables. Nos referimos a comer grandes cantidades de alimentos, comer compulsivamente, no practicar ejercicio físico e ingerir frecuentemente grasas saturadas, azúcares refinados, dietas hipercalóricas y productos ultraprocesados.

Eccema por estres

La dermatitis, también conocida como eccema, es una afección de la piel que se caracteriza por la inflamación, enrojecimiento y picazón en la piel. Aunque las causas exactas no están completamente claras, se ha demostrado que el estrés puede desempeñar un papel importante en el desarrollo y empeoramiento de la dermatitis.

El estrés puede desencadenar una respuesta inflamatoria en el cuerpo, lo que puede causar brotes de dermatitis en personas propensas a la enfermedad. Además, el estrés puede debilitar el sistema inmunológico, lo que dificulta la capacidad del cuerpo para combatir la inflamación y la irritación en la piel.

El estrés también puede empeorar los síntomas de la dermatitis existente. La picazón y la incomodidad asociadas con la enfermedad pueden aumentar durante momentos de estrés, lo que lleva a un ciclo de estrés y exacerbación de los síntomas de la dermatitis.

Para controlar la dermatitis relacionada con el estrés, es importante aprender técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la respiración profunda y el ejercicio regular. Estas actividades pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y, a su vez, disminuir la gravedad y frecuencia de los brotes de dermatitis.

Además, es fundamental cuidar adecuadamente la piel para prevenir y controlar la dermatitis. Esto incluye el uso de productos suaves para la piel, evitar irritantes y alérgenos conocidos, mantener la piel hidratada y evitar rascarse o frotar la piel afectada.